miércoles, agosto 10, 2005

25 razones para no ver la televisión (mexicana)

1) No tengo, carezco de aparato receptor. Ello me ha convertido en un freak digno de lástima. Los ojos se agrandan con incredulidad cuando digo que no tengo televisión ("¿Deveras? Pobrecito").

2) Los comerciales (¿necesito decir más?).

3) La televisión, dice Sartori, traslada la naturaleza de la comunicación de la palabra hacia la imagen con consecuencias gravísimas: una cultura audiovisual es incapaz de generar pensamientos abstractos. Una multitud de receptores masivos de estímulos audiovisuales es una multitud de seres fácilmente manipulables.

4) Con la cantidad de energía que consumen los televisores del D.F. en una sola noche se podría iluminar una ciudad pequeña durante una semana. Tlaxcala, por ejemplo.

5) Pareciera que cada país tiene la tele que se merece. Al tigre Azcárraga se le atribuye el haber dicho que él simplemente producía "entretenimiento para jodidos".

6) El mismo Azcárraga, sellando las bodas del cielo y el infierno entre T.V. y dictablanda priísta, se autoproclamó "un soldado del PRI".

7) Sólo hay algo peor que Televisa: T.V. Azteca.

8) Y sólo una cosa es peor que T.V. Azteca: las revistas dedicadas a los chismes de actores y cantantes que aparecen en la caja idiota. Hojear un Tele-Guía, Tvnotas o Teve y Novelas ofrece el más desolador panorama de la cultura mexicana.

9) Contratar televisión por cable es como invitar a la casa a un vampiro a beber de tu venas. O por lo menos como tenderle el brazo a una sanguijuela.

10) No hay amante del cine que no esté de acuerdo conmigo: no hay peor insulto a una buena película que verla en la tele (y doblada, peor)

11) En Estados Unidos los niños en edad prescolar ven en promedio tres horas diarias de televisión. Los chicos ente seis y doce años median cinco horas. Se calcula que para cuando tienen 10 años han visto unos cinco mil asesinatos en la pantalla.

12) Una persona que ve cinco horas de televisión al día pasa anualmente 1825 horas sentado o acostado frente a su monitor. Ello equivale a 76 días con sus noches, es decir, dos meses y medio. Poco más de una quinta parte del año mamando de la teta de vidrio.

13) Un ejemplo literario recogido al azar sobre el arraigo de la TV en norteamérica: en su cuento Pi in the Sky (Pi en el cielo), el escritor Rudy Rucker sitúa a sus protagonistas, una pareja de recién casados visitando al hermano de ella, que trabaja de buzo en una isla del Caribe. Escribe Rucker: Andrew (el hermano) se lanzó a contar una serie de historias conexas sobre los tipos raros a los que había guiado en las profundidades. Julie, su esposa, acotaba los detalles. Una vez que empezaban, Andrew y Julie podían hablar toda la noche. Aún no había señal decente de TV en la isla, y la gente acostumbraba a pasar las tardes envueltos en interminables pláticas (...) Como si lo raro ¡fuera platicar!

14) Jean Baudrillard en su libro América dice que no hay imagen más desolada que una televisión encendida una habitación vacía.

15) En una entrevista radiofónica, Alejandro Jodorowsky dijo que sólo la Televisa de Azcárraga le había hecho más daño a México que el PRI. Del mismo modo, dudo que nadie le haya hecho más daño individual al castellano que Chespirito.

16) La telera nacional ejerce una especie de efecto del Rey Midas pero al revés: todo lo que toca se convierte en miasmas. El ejemplo que me viene a la mente es el lamentable paso del maestro Juan José Arreola, sin duda el mayor cuentista de las letras mexicanas de la segunda mitad del siglo XX, reducido a un payaso amariconado en sus tristes intervenciones en la TV nacional (¿alguien lo recuerda en duelo dialéctico con Thalía?).

17) ¿Y qué tal las insoportables series culturales de Octavio Paz?

18) La TV podría ser una universidad casera instalada permanentemente en las salas de los hogares mexicanos. Desde luego, nadie la vería.

19) La frivolización de los contenidos me repugna. Como la excesiva cobertura que tuvo el caso de Gloria Trevi (quien se atrevió a decir que ella también era una muerta de Juárez).

20) Hasta un par de años comía en una fonda donde invariablemente había cuatro televisores, uno en cada esquina, sintonizados en algo llamado VidaTV, donde un grupo de concursantes que parecían haber sido escogidos por su deformidad iban a contar chistes para ser juzgados por unos conductores aún más deformes. Ese programa solito es suficiente razón para no volver a encender la televisión nunca más.

21) No hay nada más triste que escuchar a alguien decir la frase de moda de la televisión suponiéndose chistoso. Algunos ejemplos del pasado: "Es que no me tienes paciencia", "No hay, no hay", "Lástima, Margarito", "Ya ganó, ya ganó", "Pregúntame" y un largo --y triste-- etcétera. Las modernas, afortunadamente, no las conozco.

22) Paty Chapoy. ¿Necesito decir más?

23) Cito a Naief Yehya: El bombardeo informativo tiene como función el no informar nada. Sigan viendo CNN (por no hablar de Hechos y el noticiero de López Dóriga).

24) Dos palabras: cáncer ocular.

25) Y como dijo el abuelo de Los muchachos perdidos cuando le preguntan porqué está suscrito al Tele-Guía si no tiene receptor: "Leo el Tele-Guía todas las semanas para ver qué hay en la tele. Es la mejor razón para no tener televisión."

No hay comentarios.: