jueves, junio 26, 2003

Todos los animales son iguales, pero unos somos más iguales que otros

Ayer se cumplió el centenario del nacimiento de Eric Blair, mejor conocido por su seudónimo, George Orwell, autor entre otros libros de las novelas Animal Farm y 1984. No he querido dejar pasar esta fecha sin dedicarle una líneas a quien a más de haber sido llamado "testigo del siglo XX", es uno de mis autores más entrañables.

Dueño de una vida digna de novels, Orwell nace en el seno de una familia venida a menos en la India colonial inglesa de inicios del siglo XX. Dueño de una inteligencia privilegiada, logra estudiar becado en las mejores escuelas, sin que las calificaciones eviten a sus compañeros humiillarle por ser pobre. en su juventud abraza los ideales socialistas y se enrola para combatir a Franco en la guerra civil española, de donde vuelve herido y derrotado. Tras laborar en oficios variopintos, decepcionado de la revolución rusa, escribe el célebre libro Rebelión en la granaj, cruda parodia en clave de fábula de la fallida revuelta bolchevique y del posterior régimen stalinista (todo mundo sabe que Napoleón, el Pig Brother, es Pepe Stalin).

El libro goza de gran éxito, hasta es llevado al cine en dibujos animados, pues es leído como un panfleto anticomunista y no como una llamada de atención sobre el auge del fascismo y los estados totalitarios.

Pocos años después, Orwell completa su obra más famosa, 1984, dándole el título invirtiendo las dos últimas siglas del año en que terminó de escribirlo.

Piedra fundamental de la literatura anglosajona del siglo XX, 1984 se sitúa en una Inglaterra dominada por los fascistas. En ese régimen asfixiante, el Gran Hermano, dictador que preside el partido, vigila permanentemente a los ciudadanos a través de millones de cámaras, micrófonos y soplones. La historia inicia cuando el ciudadano Winston Smith, empleado del ministerio de Propaganda, lleva de contrabando a su departamento una bitácora en blanco para iniciar un diario.

1984 es una obra estremecedora cuya publicación, en palabras del Héctor Chavarría, evitó que se cumpliera su propia prospectiva.

Orwell murió en 1952, viendo al totalitarismo avanzar inexorablemente sobre Europa oriental. Sin saberlo, inspiraría decenas de distopías entre las que destaca Brazil, magistral película de Terry Gilliam que captura como ninguna el espíritu de la novela de Mr. Blair.

Estoy seguro que ninguno de los inquilinos de la casa de Big Brother (1, 2 y VIP) han escuchado jamás el nombre de George Orwell, y menos han leído ninguno de sus libros (recuérdese que los libros están casi prohibidos en ese encierro, por algo será). Pero me da curiosidad que pensaría él de la frivolización que ha hecho la caja idiota en todo el mundo de su dictador, clara referencia a Stalin.

Feliz cumpleaños, don George.

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