jueves, mayo 15, 2003

El tiempo es así.

Dejas de escribir unos días, tan sólo una semana, y cuando volteas, la hija de Pepe y Deyanira Rojo Torres nace, yo solicito una beca de coinversión al FONCA para publicar una antología de comics, Marta Sahagún cambia su visión sobre el uso del condón, se añade un miembro al staff de Bésame mucho —Jackie Nakashimada, prima de David K.—, el ciudadano Wiston Smith me regala un dibujo del hombre araña, el Nabo, uno de mis room mates se va a estudiar un posgrado a Australia, tengo un encuentro extraño con la mujer de mi vida y yo cumplo años.

Hace poco José Luis Zárate me dijo que leer este blog le daba una idea muy clara de lo que pensaba, pero no de lo que sentía.

Hay veces en que me gustaría escribir un blog tan sincero como el de Morcillo. Pero no me sale.

El otro día di con un blog que también habla de política, y me pareció tan mamón y chocante que casi me dio pena escribir sobre esos temas.

Casi.

Justo ayer hablaba con Pepe Rojo sobre el estilo autobiográfico de algunos moneros canadienses como Chester Brown, Dave Cooper, Seth y muy especialmente Joe Matt. Yo no tengo el desparpajo de ellos para hablar sobre mí. Para eso voy con mi psicoanalista.

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